Los trastornos de la personalidad presentan una gran variabilidad en cuanto a su sintomatología, características y complejidad, pero tienen en común que presentan su inicio en la adolescencia y habitualmente se desarrollan por la interrelación de factores biológicos y ambientales.
Desarrollamos nuestra personalidad por la relación entre genética y experiencias vitales tempranas, además de factores protectores o de riesgo que disminuyen o aumentan la posibilidad de presentar un trastorno.
Existen diferentes tipos de trastornos de la personalidad como el trastorno limite, el trastorno antisocial y el trastorno narcisista; es frecuente que presenten una problemática similar, dificultades en su manera de relacionarse con los demás, con el mundo y consigo mismos. Además es común las dificultades en la regulación y expresión emocional, en cambio, otros presentan autolesiones y conductas de riesgo, y otros muestran déficit en el control de impulsos o conductas agresivas.
La exposición prolongada y repetida en el tiempo a experiencias traumáticas infantiles son factores de riesgo que aumentan la posibilidad de desarrollar un trastorno de personalidad tales como el abuso, el abandono o el maltrato. No quiere decir que todas las personas con experiencias traumáticas infantiles desarrollen un trastorno.
El tratamiento de los trastornos de la personalidad suele ser complejo, prolongado en el tiempo y en algunos casos multidisciplinar, se realiza de forma personalizada y adaptada a las características de cada caso. Para ello, exploramos la historia de vida de cada persona para facilitar la comprensión de sus conductas, pensamientos y emociones que interfieren en su calidad de vida. Posteriormente realizamos intervenciones para mejorar la regulación emocional y las dificultades en las relaciones interpersonales a través de diferentes recursos y herramientas según las necesidades de cada persona. Además, procesamos aquellas experiencias traumáticas tempranas a través de la terapia EMDR que dieron lugar a la problemática actual, atendiendo su origen para realizar un tratamiento eficaz.