La ansiedad es una sensación común en nuestro día a día, es una respuesta ante un evento estresante que nos permite adaptarnos a los problemas.

Nos activa de forma que podemos sentir síntomas fisiológicos y emocionales como taquicardia, la respiración agitada, tensión muscular, sudoración, malestar abdominal o sensación de inestabilidad.

Nos prepara para afrontar una situación ante la sensación de amenaza o peligro, cuando las demandas del entorno agotan nuestros recursos internos para hacerle frente y los síntomas exceden en intensidad y duración, entonces hablamos de ansiedad desadaptativa.

A nivel biológico tenemos diferentes estilos de afrontamiento para enfrentarnos a una situación estresante, mediante la lucha, huida o paralización, dependiendo nuestros recursos internos y los antecedentes previos afrontaremos la situación de la forma más adaptativa para nosotros.

Para disminuir la ansiedad excesiva se emplean diferentes técnicas de respiración y relajación, y principalmente se trabaja con el origen de este malestar, es decir, la situación que ha provocado estos síntomas.