A menudo cuando una situación nos hace sentir ira de forma excesiva, nos sentimos desbordados por ella, nubla nuestra razón y actuamos de forma impulsiva e irracional (tirando objetos, haciendo daño a un ser querido…) sin meditar las consecuencias de nuestros actos, entonces hablamos de dificultades para controlar nuestros impulsos.

Las dificultades en el autocontrol de impulsos se originan por problemas en el autocontrol de nuestra conducta y nuestras emociones, de forma que este comportamiento puede ser perjudicial para nosotros mismos o para los demás.

Normalmente sentimos ira cuando pensamos que algo es injusto, que no debería estar ocurriendo o que algunas personas nos quieren hacen daño. Frecuentemente estos pensamientos están conectados con las creencias nucleares originadas en la infancia donde no quiero volver a sentirme rechazado, abandonado o débil. Además, solemos expresar nuestro enfado ante la dificultad de gestionar otras emociones que nos causan mayor malestar como la tristeza o el miedo.

Para el tratamiento se emplean diferentes técnicas de autocontrol emocional y de impulsos como la técnica del semáforo, además es importante identificar el origen, donde empezó a consolidarse esta conducta desadaptativa.