El apego es el vínculo formado durante la infancia con nuestras figuras de referencia que nos proporciona seguridad y protección.

En algunos casos, nuestras figuras de referencia o cuidadores no han podido brindarnos de la seguridad y la protección que necesitábamos de pequeños, esto se observa en falta de aceptación y respeto, limitaciones en su exploración, afecto negativo o no conectar con las necesidades del niño. Dependiendo de las situaciones que hayamos vivido durante la infancia y del modelo de apego de nuestra familia es posible que tengamos dificultades en esta área.

En la vida adulta los fallos de apego pueden provocar dificultades en establecer conexiones emocionales con los demás o dificultades en regular nuestras emociones (ya sea por exceso o por defecto) tanto con nuestra familia, amigos o pareja.

La reparación del vínculo de apego se aborda desde la infancia y se emplean diferentes herramientas terapéuticas como la terapia EMDR, la caja de arena y el autocuidado.